Sorpresa.
Sant Jordi, las rosas, los libros, la primavera….
Será gracias a esto?
Mi blog y yo hemos decidido sacar el polvo acumulado en mas de un año de inactividad, despertarnos de esta larguísima hibernación y volver a comunicar con el mundo. El hecho de que no publicara nada no significa que hubiera dejado de cocinar…al revés, quizás mas bien se ha tratado de un exceso de cocina. Desafortunadamente no hay tiempo para todo, mientras aun necesitemos dormir unas pocas horitas. A veces lo he intentado, me refiero a no dormir, pero luego mis neuronas no responden como deben. Por lo tanto me toca seguir durmiendo algunas horas e intentar dilatar al máximo las horas diurnas.
Confieso que he tenido un pequeño empujón que ha colaborado a reactivarme. Este empujoncito tiene nombre y apellido. Se llama Corina Landa (www.corinalanda.com), una fantástica fotógrafa profesional especializada en fotografía de comida. Corina me escribió un correo encantador preguntándome si estaría interesada en una colaboración. Cocina por mi parte y fotografía por la suya.
Entré en su web, y vi unas fotos de comida preciosas. Y si algo me gusta en este mundo, además de comer, es mirar fotos de comida (que virtualmente también como). Me dije, ¿porqué no vernos y comentarlo?
El café que compartimos fue muy agradable y decidimos llevar adelante el proyecto. Lo empiezo con muchísima ilusión y con la intención y la esperanza de ser constante en mantener mi blog al día, y con el miedo de que, si no lo hago, Corina se vaya a enfadar…. Es este un buen aliciente para encontrar la manera de hacerlo si o si?
Obviamente lo digo en broma. Pero el hecho de ser dos, seguramente ayuda.
¡Gracias Corina!
Como receta de réentrée, que bien que suena en francés, he pensado en esta tarta en forma de rosas, un pequeño homenaje para Sant Jordi, esta fiesta catalana tan mágica y entrañable.
Es una tarta que he comido cantidad de veces durante los años que estuve en Parma. La que hacían y siguen haciendo en la panadería Scaccaglia, cerca de casa, era deliciosa. Cuantos recuerdos, bonitos y buenos me trae esa panadería. Y con cuanto cariño recuerdo al señor Mario, el panadero, que desafortunadamente murió hace muy poco. Siempre que volvía a Parma nos entreteníamos hablando con esa cercanía afectiva que solo se tiene con las personas que nos han visto crecer. El debía de saber lo golosa que soy.
Se trata de unas rosas de masa tipo brioche rellenas de una crema de mantequilla y azúcar. Esta crema durante la cocción se funde y al contacto con el molde caliente se carameliza, creando una capa, dulce, crujiente y extremadamente golosa en la base del pastel. Que sepáis que de pequeña he llegado a cortar y a comerme por entero la capa inferior, bajando así el pastel de un par de centímetros. Es demasiado buena, y control y austeridad delante de cualquier cosa dulce nunca han sido mi punto fuerte.
300 G Harina de fuerza
45 G Azúcar
80 G Huevos
60 G Mantequilla
110 ML Leche
10 G Levadura de panadería
Piel rallada de un limón
6 G Sal
Crema de mantequilla:
150 G Mantequilla
150 G Azúcar
1 Vaina de vainilla
Es ideal realizar el amasado en una amasadora eléctrica. También se puede hacerlo a mano, pero en este caso prepararos a entrenar bien los brazos, ya que el amasado será bastante largo.
Colocad la harina el azúcar , los huevos, la leche y la levadura, en el bol de la amasadora y amasad durante cinco 10 minutos, hasta conseguir una masa bien elástica. Añadid la mantequilla y la sal y seguid amasando durante 5 minutos mas. Sacad la masa de la amasadora y colocadla en un cuenco, tapadla con plástico y dejadla en la nevera toda la noche a fermentar.
El día siguiente montad la mantequilla pomada (dejada media hora fuera de la nevera antes de empezar) con el azúcar y las semillas de la vaina de vainilla, hasta conseguir una crema blanca y esponjosa.
Sacad la mas de la nevera y colocadla sobre la superficie de trabajo como en la foto.
Enharinad ligeramente la masa y extendedla con un rodillo formando un rectángulo de 60 por 40 aproximadamente.,
Con una espátula distribuid delicadamente la crema de mantequilla sobre la masa.
Empezando por el lado mas largo enrollad la masa, hasta conseguir un rulo.
Dejad reposar el rulo durante 30 minutos en la nevera, para que la mantequilla se solidifique un poco y resulte luego mas fácil cortarlo.
Mientras tanto untad bien con mantequilla dos moldes de 22 cm de diámetro forrad la base con papel de horno, haciendo subir el papel de 1 cm sobre el borde lateral del molde.
Cortad el rulo de masa en trozos de 4 cm de grosor.
Colocadlos bien separados en los moldes.
Cubridlos con plástico y dejadlos fermentar durante 1 hora o hasta que hayan doblado de volumen.
También se pueden realizar rosas individuales colocando los trozos en moldes individuales de papel como en la foto o hasta en moldes de muffin.
Calentad el horno a 160 grados y coced la tarta durante 25 minutos. Dejadla enfriar y espolvoreadla con azúcar lustre.
Para darle un toque mas rustico y bonito, la podéis envolver con un poco de papel de horno atado con unas tiras de rafia, y podéis acompañarla con unas ramitas de tomillo limón y unas flores comestibles.
Las rositas individuales pueden ser un regalito dulce y bonito para sustituir la tradicional rosa de Sant Jordi.
Que os regalen muchas, muchísimas rosas, y si se pueden comer…….¡aun mejor!
¡Buon Sant Jordi!